miércoles, 13 de abril de 2011

MULTAS POR NO USAR CONDON. PA' FLIPARLOOO!!!!






















Que no cunda el pánico, que no se trata de ninguna (nueva) ocurrencia de Leire. La historia nos llega de Estados Unidos y tiene bastante sentido común. Si en el anterior ‘post’ comentábamos el estado de shock en el que se encuentran algunas estrellas del género Xporque se están publicitando sus nombres reales y su estado de salud en una web, con el consiguiente cataclismo familiar en más de un hogar de Arkansas u Oklahoma (‘¿pero la pequeña Amy no trabajaba en un hotel en Los Angeles’?’), ahora el miedo también se está haciendo sentir en las productoras y empresas que manejan el cotarro del cine X. 
La razón es meramente económica, pero con lo tieso que anda últimamente el sector, es lógico que estén algo preocupados. Ni corto ni perezoso, y en una decisión sin precedentes, el departamento de salud y seguridad laboral del gobierno del estado de California ha empezado a multar a todas aquellas empresas que no utilicen preservativos en la producción de sus películas. 
Sabíamos de las dificultades económicas por las que pasa este estado desde que el gobernador Schwarzenegger anunció que se estaba quedando sin dólares para pagar a los funcionarios públicos. Arnold ya se fue, pero está claro que las arcas californianas siguen igual de caninas… Cómo me suena la historia, por Dios. Volviendo al asunto de los condones, de momento, han sido sancionadas Larry Flint’s Hustler y Forsaken Pictures, con la cantidad de 14.175 dólares y 12.150, respectivamente. No es un dineral, pero la cuestión de fondo va más allá del simple castigo económico. A veces me pregunto por qué, pero a la mayoría de aficionados a este tipo de productos eróticos no les gusta nada la presencia de un preservativo durante el acto sexual. 
¿Cómo argumentar tal fobia visual? De verdad, que siempre me ha llamado la atención.
Igual soy yo, que estoy excesivamente mediatizado por todo lo que respecta a la salud sexual, pero siempre que veo alguna secuencia pornográfica ‘a pelo’ no puedo dejar de pensar en la vida de sus protagonistas (romántico que es uno) y, si lo que ven mis ojos es muy cafre, me inquieto por su estado de salud en un futuro. Bueno, igual exagero un poco, porque mentiría o sería un hipócrita si dijera que mi actitud ante el porno consiste en un simple recuento de bacterias o virus, sin embargo he de reconocer que en alguna ocasión pienso en la pasta que se tendrán que dejar en retrovirales sus protagonistas, mientras Obama y su reforma sanitaria sigan encallados. 
En alguna ocasión que he hablado del tema con algún profesional del sector, siempre me ha comentado que a los grandes aficionados al cine X no les gusta ver condones en las películas porque les recuerda demasiado a su vida real y, precisamente, lo que se busca en estos productos es disfrutar de una fantasía. 
En este sentido, los actores y actrices porno serían algo así como los gladiadores de nuestro siglo. Les pagan para que hagan cosas que nosotros nunca haríamos. Reconozco que es una forma de verlo.
Algunas de las figuras históricas del género, como la actriz Nina Hartley, no están a favor del uso del preservativo en las películas X porque consideran que con los controles y análisis periódicos a los que se someten los trabajadores del sector que son contratados por las grandes productoras, es más que suficiente. 
Se realizan cada 28 días controles de VIH, gonorrea y clamidia, y de sífilis cada 60. Sin embargo, de vez en cuando se produce algún que otro ‘accidente’, como sucedió recientemente, ya que la detección de alguna de estas enfermedades no es instantánea desde el momento de la infección. Y todo el mundo a correr… 
Otros detractores del condón en el porno van un poco más allá y se escudan en algunos detalles que tienen su lógica. En las dos horas y media de promedio que se tarda en rodar una secuencia de sexo, el uso continuado del látex puede producir abrasiones en las membranas internas de la vagina, favoreciendo la vulnerabilidad a las enfermedades de transmisión sexual o provocando infecciones bacterianas.
Sea cual sea el argumento, está claro que la razón fundamental por la que los productores de cine X prescinden del condón es por exigencias de la clientela. Me recuerda el eterno debate sobre la telebasura, ¿no creéis?  

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